miércoles, 26 de septiembre de 2012

De mi piel errada tal vez

¿Puede la piel estar tan errada?

Decime, ¿tu piel se eriza al roce de cada piel?
Dime, ¿tus ojos sonríen al ver lunas ajenas?
o, ¿acaso tus labios buscan siempre otros labios,
insaciables
incansables,
agotándose sobre otros regazos?
¿Puede la piel estar tan errada?

Contame, ¿tus manos arrebatan 
todas las noches ropajes
armaduras, 
disfraces?
Cuéntame, ¿tus dedos exploran
profundidades escondidas
con cada puesta del sol?
¿Puede la piel estar tan errada?

Hablame de tu vientre
sobre otros vientres,
de tu pecho enardecido
que encuentra relieves,
y planicies.
Háblame de tu virilidad encendida
indomable
que derrumba el misterio,
lo conoce
lo besa
lo derrite
lo estremece,
hasta volverlo otra vez
misterio.

Dime, cuéntame, háblame 
de ti
de quien sos vos.
Narrame tu vida como
un cuento, una gran aventura. 
Pero mentime, te ruego,
si derrumbas otros misterios,
si exploras guaridas secretas,
si tus labios sedientos
buscan labios cualquiera.
Miénteme y dime que no,
que no hay misterios,
que no existen escondites, 
que tu sed no se cura 
si no es con mi boca. 

¿Puede mi piel estar tan errada?

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