miércoles, 21 de noviembre de 2012

De miedos y choques dulces.

El otoño en la hojarasca roja y amarilla suiza. Ginebra se abre ante mí maravillosamente, con una serenidad que conmueve. Dejada atrás Rue Voltaire, doblo en Boulevard James-Fazy y veo un rinconcito verde salpicado de otoño que me llama la atención; allí me dirijo y el sol me besa las mejillas. Los nenes corretean en la placita de juegos y gritan cosas incomprensibles para mis oídos forasteros. 
Un árbol con hojas que son lágrimas amarillas, bellísimos pétalos en decadencia que me fascinan. Camino hacia el río y ahí me quedo, apoyada en la baranda, "prohibido tirarse" indica un cartel. Una pareja anciana pasa a mi lado, metiéndose para siempre en la foto que estoy sacando justo en ese instante. Así serán siempre para mí, nunca morirán en mi recuerdo. Vaya uno a saber cuántos años llevan juntos, cuántos paseos por la tarde de la mano, cuántas miradas cómplices. ¿Dónde se habrán conocido? Tal vez fue amor a primera vista, quizás si aún sus labios se buscan en la oscuridad de la habitación antes de las buenas noches.
fall Ginebra autumn otoño autunno
...and ne forhtedon na.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Cosas que me pertenecen ya.


Caminaba por las callecitas del centro de Faenza de vuelta a casa. Un intenso olor a madera y humo salía de alguna casa y se mezclaba casi maestramente con el otoño: castañas y canela. Se me ocurrió pensar en las pequeñas cosas, aquellas cosas simples que me hacen estar bien, en las que me reconozco todos los días. Cosas que me pertenecen ya. ¿Será que la felicidad reside intrínsecamente en los pequeños gestos, en la cotidianeidad de las cosas o en su recuerdo, tal vez en la luz prendida de un pasillo? La mesa tendida con el mantel rojo un 24 de diciembre, la pasta frola de membrillo que se rompe entre mis dientes, un tarro de polvorones en la cocina de mi abuela, las galletitas que ya no las venden sueltas en el kiosko, caminar sin pisar las uniones de las baldosas, leer a Cortázar con la sensación de que te roba las palabras, “andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos”, palabras simples que dicen todo, ojos verdes, una canción de Ismael Serrano, “hasta Pueyrredón y Las Heras”, el boleto que me regalaba todos los días una inicial distinta, las chapitas de la Coca-Cola también, el guardapolvo blanco escrito que mi mamá no almidonó más, besos que saben a mate, sacar fotos muchas fotos de un lugar único y apagar la cámara pensando que es mejor fijármelo en los ojos para siempre. 

membrillo_bsz2012